Por Marco Arana
“Hay que sembrar minas en todo el país”, dijo el autor de “El perro del hortelano” y la Minera Cerro Verde pagó el plubirreportaje para que lo supiera todo el país (17/11/07). Ese mismo día, en Valencia, en la clausura de la XXVII sesión plenaria del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU, el Secretario General decía: “Reducir e invertir el cambio climático es el reto de nuestra época” y advertía: “El cambio climático afectará muy especialmente a los países en desarrollo… el deshielo de los glaciares provocará inundaciones en las zonas montañosas y escasez de agua en Asia meridional y América del Sur. El cambio del tiempo y de las temperaturas puede hacer retroceder a los países en desarrollo hacia el pozo de la pobreza y deshacer muchos de los progresos”.¿Quién le hace saber al Presidente que la minería, siendo necesaria para nuestro actual modo de vida es, sin embargo, una de las actividades ecológicamente más destructivas y que, por tanto, debe ser una actividad territorialmente restringida y ambientalmente controlada? Según el prestigioso informe anual World Watch, “La industria minera es la responsable del 40 % de las emisiones de gases tóxicos en la atmósfera pues emite 142 millones de toneladas de dióxido de sulfuro/año”, parte de esos gases se hallan precisamente entre las causas del calentamiento global, ese cambio que de no prepararnos adecuadamente nos hará “deshacer muchos de los progresos”.
Definirse como un Presidente “sembrador de minas” puede que halague a los empresarios y su prensa áulica pero, sin duda, generará alarma en las poblaciones donde el MEM ha dado en concesión hasta el 100% del territorio. Incluso es probable que genere preocupaciones en la comunidad internacional que sabe de la débil institucionalidad ambiental peruana, la corrupción en el Estado y la vulnerabilidad ambiental de las poblaciones más pobres. Las fuertes lluvias (una de las manifestaciones del cambio climático) han provocado ya serios daños en el continente. En 2002, Yanacocha: Colmatación de serpentines con muerte masiva de truchas y en 2004 disputa por el agua en años secos. En enero de 2007, Brasil: Colapso de diques de relaves que dejaron varios días sin agua a más de 165 mil habitantes de Río de Janeiro y de Minas Gerais.
Sería deseable que en el Perú, en épocas de riqueza minera jamás vista, el Presidente comenzara a preocuparse por cómo su gobierno promueve iniciativas urgentes para que se evalúen los riesgos del cambio climático y se diseñen las políticas que nos ayuden a tomar medidas de prevención de riesgos. Sería importante ver la puesta en marcha de un plan nacional de protección y gestión de recursos hídricos que impida la destrucción de las cabeceras de cuencas de los Andes, así como políticas de ampliación y manejo de las zonas de reserva protegidas. Si del primer gobierno de García lo que se recuerda es el desastre financiero, exijamos que haga algo eficaz para que el segundo no sea recordado como el de mayor desastre ecológico de nuestra historia.
2 comentarios:
Es increíble que en pleno auge de la minería haya tanto grado de contaminación destruyendo toda la vida existente a su alrededor, tal es el ejemplo de la Oroya una de las ciudades más contaminadas del mundo. Otro ejemplo palpable es el traslado de la ciudad de Cerro de Pasco a 30 km donde quedan el derecho a la propiedad, el principio de los derechos humanos de la vida, la vivienda, etc. Ese es el poder que se ejerce en este país con este gobierno, que garantiza que luego de varios años la mina a tajo abierto no llegue ahí y luego otro traslado. Si después del terremoto no reconstruyen Pisco, dudo que lo hagan en Pasco. Se debe de tener una idea clara de las políticas de protección del medio ambiente, para que nevados como el pastoruri no desaparezcan.
Julio: tienes razón en lo que dices, pero desde ya TODOS tenemos que tomar conciencia que nuestro futuro está ahora en manos de un irresponsable gobierno que no solo es miope, sino es entreguista de todos nuestros recursos.
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